Cultura
Los 20 años de In-Edit Chile suenan fuerte
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Vivía en Barcelona y tenía una hija recién nacida. Un día de 2003, en los escasos momentos libres que eso implica, su marido le propuso ir a un festival de documentales de música en el cine Elena.
“Era increíble porque era como rotativo de películas, una detrás de otra. Vimos una de Air, otra de Robbie Williams. Quedé como impactada. Al lunes siguiente busqué a los responsables en Internet y los llamé: ‘Tengo que hablar con ustedes porque yo esto lo quiero llevar a Chile, seguro tiene éxito’”. In-Edit recién nacía en España y a sus organizadores no se les pasaba por la cabeza salir del país. Pero así fue.
La comunicadora audiovisual chilena partió su recorrido profesional haciendo su práctica en MTV Latino en 1997 y después se quedó. Era el boom absoluto del canal musical, cuando sólo existía televisión y la industria discográfica era millonaria. Javiera vivía en Miami y trabajaba junto a otros chilenos como Alfredo Lewin y Cote Hurtado.
“Era gente que sabía muchísimo de música y como yo no sabía tanto rápidamente tenía que verme todos los documentales que existían, de los mejores guitarristas, los mejores bateristas, del underground... Mis carretes de fin de semana eran ver documentales musicales y tomar cerveza. Me acuerdo que vi The Wall de Pink Floyd mil veces. Yo pensaba ‘qué cool hacer películas de música’. Siempre me fascinó ese mundo y eso quedó dando vueltas en mí”. Destaca que en esa época la programación de MTV Latino permitía estar al día con la escena musical de otros países, conocer lo más reciente de bandas colombianas como Aterciopelados o los mexicanos Café Tacuba, todo a través de un mismo canal. Tiempo después MTV decayó y la entrada del streaming acabó con ese mundo.
En su paso por ahí, Javiera hizo muchos amigos músicos, como Jorge González y Los Tres. “Eso fue mi pasado y realmente fue un privilegio para mí, una etapa de mi juventud súper bonita”, recuerda. Volvió a Chile a sacar su título, que había dejado pendiente, y enfiló de nuevo, esta vez a España. Allá conoció a su actual marido y se quedó. Trabajó como productora en el mundo audiovisual, menciona Mediapro, grupo líder en el sector europeo, un documental sobre el músico español Gato Pérez y un videoclip dirigido por Juan Antonio Bayona (La sociedad de la nieve).
BCN_SCL
Hace 20 años debutó la primera edición de In-Edit Chile en el Cine Arte Alameda. Fue una versión pequeña con pocos títulos y funciones sólo los jueves durante un mes. Lo hizo con recursos propios, sin postular a fondos ni auspiciadores. “Cuando eres dentista tienes que invertir en tu silla dental e instrumentos para montar tu primera consulta. Yo sentía que aquí era igual. Esta era mi pasión, y no podía esperar ganarme un fondo. Tenía que invertir y apostar a que funcionaría”, dice la directora del festival.
Efectivamente fue un éxito. “A veces uno reflexiona sobre lo que ha hecho en su vida y esto realmente partió con el propósito de venir a Chile una vez al año y aportar algo. En un principio era compartir con los amigos o con la gente que le gustaba lo mismo que a uno. Ahora la cuestión ya es enorme”, agrega.
La próxima edición, entre el 5 y el 15 de diciembre, exhibirá 50 películas, con funciones en cinco sedes de Santiago, habrá tres conciertos y esperan unas 14 mil personas. “Se ha liado todo”, comenta Javiera riendo. Agrega: “Más no podemos, ni queremos crecer”. Explica el nivel de producción que requiere un festival así: equipo de prensa, derechos de exhibición, eventos paralelos, invitados extranjeros. En 20 años ha pasado de todo, añade la fundadora, incluido el estallido social y la pandemia, que los obligó a levantar una programación online. Ha habido años que hemos tenido mayor presupuesto, otros menos. Dependiendo de eso el tamaño de cada edición. Desde el quinto año cerraron con Nescafé como main sponsor y una de las sedes es el teatro homónimo ubicado en Manuel Montt.
Para todo espectador
Una de las claves del crecimiento de In-Edit Chile es que tienen una programación abierta y basada en la calidad cinematográfica. No es un festival sólo para melómanos, eruditos o fanáticos. Este año, menciona Undurraga, vienen desde documentales sobre estrellas como Bad Gyal y C. Tangana hasta Brian Eno y Devo, abarcando un amplio rango etario.
“El público se va renovando y tenemos que estar al día. Es bonito porque hay muchas generaciones dentro del público. Te puedes encontrar con el papá de tu amiga o con la hija de tu amiga. En estos 20 años hemos formado una comunidad, no sólo de público, también de realizadores, periodistas, gestores culturales. Eso estamos celebrando”, dice Javiera.
Recuerda que hace dos décadas cuando le hablaba de documentales musicales a un ejecutivo de marketing de un potencial auspiciador, éste solía pensar que se trataba de videoclips o transmisiones de conciertos. “La industria era súper precaria”, afirma. Una vez que una persona asiste a In-Edit entiende que se trata de disfrutar buenas historias. Independiente del género musical, si se trata del grupo del momento o de un perfecto desconocido.
Buenos ejemplos de ello han sido dos de las películas escogidas para abrir el festival en años anteriores: Anvil, sobre una banda canadiense de heavy metal, o Searching for Sugar Man, la impresionante historia de Sixto Rodríguez. Dos apuestas que sorprendieron al público y se transformaron en fenómenos. “El mismo año de Searching for Sugar Man teníamos una película de los Rolling Stones que era quizás la apuesta más obvia para inaugurar. Pero apostamos por la otra porque la música era preciosa y la historia brutal. Fue un exitazo. Esa es nuestra curatoría”.
La programación se va armando con los títulos del año, que primero se exhiben en la edición Barcelona, a finales de octubre, y luego vienen a Chile. Aquí se agregan las producciones nacionales que compiten: largometrajes, cortometrajes, videoclips. Para celebrar el vigésimo aniversario además crearon la sección Splendid, que reúne algunas de las mejores películas de estos años según la votación del mismo público. Una suerte de retrospectiva.
Aunque durante la pandemia acudieron al formato online, han vuelto 100% a la presencialidad. En primer lugar, por un asunto práctico: “Son dos licencias totalmente diferentes; exhibición en cine y exhibición en streaming. En confinamiento valía la pena, pero hoy es poca la gente que vería las cintas online, no alcanza para cubrir ese gasto”. Además, el espíritu del festival es el encuentro en la sala. “Es la diferencia entre tomarte una cerveza en tu casa o ir a un bar. Escuchar un disco o ir al concierto. A cualquier película que yo vaya me la tengo que pasar bien y me tiene que dejar pensando en algo”, sostiene Javiera.
¿Quién es Madonna?
Como visita Chile una vez al año tiene una mayor perspectiva sobre cómo ha evolucionado la escena cultural en estos años. Es positiva, ve que hay muchos festivales teniendo lugar, musicalmente la agenda de conciertos es nutrida, el panorama presenta alternativas interesantes, opina. “Sí siento que los medios han ido en reducción, pero creo que eso es un fenómeno mundial. El internet se ha comido a las revistas. Ahora hay menos lugares donde podemos difundir nuestros contenidos. Lo recuerdo hasta con nostalgia, porque la forma análoga de comunicar se ha perdido, eso de ir a una librería o disquería y ver un afiche. Son cosas bonitas que se van perdiendo”.
Lo mismo va pasando con las nuevas generaciones y la música, lo que considera, es algo natural: “Tengo hijas veinteañeras y mucho de los grupos que a mí me gustan y son mega conocidos a ellas les importan un pepino. ‘¿Quién es Madonna?’ (ríe) Uno siempre siente que en su época se escuchaba mejor música, pero son estilos y generaciones distintas. Como equipo nos motiva estar al día de lo que está pasando”.
Falta poco para que arranque la edición 20 y Javiera tiene una ardua agenda por delante, pero sobre todo está contenta: “Me siento súper orgullosa de haber liderado esto. Que la vida nos dé salud para seguir haciéndolo. ¡Y las ganas y la energía, porque las requiere!”.
“Cuando me metí en esto no era porque yo sepa mucho de cine. Pero creo que si una película te hace vibrar, se te paran los pelos o hay algo que te emociona, esa película es buena. Bueno, quizás me estoy tirando para abajo, después de 20 años creo que algo sé”, concluye riendo.
Algunas joyas de esta edición
(Toda la programación en www.inedit.cl)
Colombina / Victor Vidangossy: Exhaustivo retrato de Colombina Parra, cantautora, escritora y arquitecta de múltiples lazos con la cultura popular chilena. Frente a la cámara, sus reflexiones personales sobre un trayecto artístico que la une desde niña al fundamental acervo de su padre, Nicanor, y tíos directos, como Violeta y Roberto Parra.
Eno / Gary Hustwit: Brian Eno, figura clave de la cultura europea contemporánea -como músico, productor, conceptualizador artístico y pensador-, puede ser diferentes cosas según el oyente: el pionero de la música ambient, un ex integrante de Roxy Music, el hombre que supervisó fundamentales discos de U2 y Talking Heads, un divulgador de tecnología de vanguardia.
Devo / Chris Smith: Vibrante viaje en el tiempo que captura la esencia subversiva de los pioneros del punk electrónico y del arte del videoclip.
Blur: To the End / Toby L: El retorno inesperado del venerado grupo de britpop para la grabación el año pasado de su primer disco en ocho años, The Ballad of Darren, y la celebración de dos macroconciertos en Wembley, se explica aquí como el reencuentro de viejos amigos que necesitan (por motivos muy distintos) retomar su relación personal y su química musical.
Soundtrack to a coup d’etat / Johan Grimonprez: El jazz y la decolonización se entrelazan en este documental sobre música y política, que presenta como en una montaña rusa histórica aquel episodio de la Guerra Fría que llevó en febrero de 1961 a los jazzistas Abbey Lincoln y Max Roach a colarse en el Consejo de Seguridad de la ONU, en protesta por el asesinato de Patrice Lumumba, primer ministro de la República Democrática del Congo.
Omar and Cedric: If This Ever Gets Weird / Nicolas Jack Davies: La relación personal y creativa entre el portorriqueño Omar Rodríguez-López y el californiano Cedric Bixler Zavala -núcleo duro de dos bandas eminentes del rock alternativo estadounidense: At The Drive-In y The Mars Volta- es muy intensa, casi obsesiva.
Dispararon al pianista / Fernando Trueba y Javier Mariscal: Se centra en la historia de Tenório Jr., brillante pianista brasilero cercano a la bossanova, el samba y el jazz, que durante su breve vida profesional colaboró con portentos musicales como Milton Nascimento, Gal Costa y Eumir Deodato.
El viaje / Dirección: Nahuel López: El bajista de una exitosa banda punk activa en Alemania, Die Ärzte, viaja a Chile tras los rastros de la música de su infancia, que conoció junto a una familia exiliada en Europa.